Nimbus

Hermosillo, Sonora es la ciudad donde nací y crecí.. , vivo en el desierto...
la mayoría del verano tenemos temperaturas arriba de 40 grados centígrados.
El invierno se empieza a sentir a mediados de diciembre.. , bueno, al menos los que habitamos este lugar lo sentimos así, gente de otros lugares con temperaturas menos extremas quizás ni lo sientan.

La lluvia no es algo común aquí, de hecho es algo muy muy raro, se convierte en tema de conversaciòn y de noticias locales cuando llega a ocurrir.

En cierta ocasión, Fernando Delgadillo (cantautor mexicano) visitó estos rumbos y viajando de Hermosillo a Obregón se sorprendió tanto al observar la sed de esta tierra, un cambio muy drástico para el, después de haber estado en Mérida el día anterior, allá donde todo es verde.

A Fernando no se le ocurrió otra cosa para cambiar esta situación, que desearle lo mejor a este árido hábitat con una sencilla canción que terminó de escribir justo al llegar a Obregón..

hoy por la tarde que cayó la primera lluvia del verano, la recordé, se llama "Nimbus" , habla de un ser de fantasía que siempre viaja y lleva consigo el anhelado milagro de la lluvia.








Nimbus

Vengo después de la orilla del mar,
en donde las nubes, quimeras del viento
semejan fragatas fantásticas
navegando el cielo azul.

Llevo un desorden de brisa en el pelo
y un rayo primero de luna en la piel,
las olas clamando a la orilla del mundo
me habrán visto bien.

El aire limpio de un viento de mayo
me trajo hasta aquí juntando mis caballos
que pasean tranquilos hasta que con un silbido
los llamo a correr.

Asi les tienes amantes tonadas
y con aires de mensajeras de fortunas
trayendo presentes de lluvias pendientes
cada amanecer.

de algunas temporadas venturosas
aprendi del amor y al azar desatando
igual que aprendi la constancia
y de entonces te vengo a regar.


Así es como hoy guardo rebaños de nubes
que guío hacia el interior del continente durmiente
al que baño con blancos rebaños
del soplo de mar.

Hileras de nubes
caballos del cielo
manadas de nubes...

Aires de enero y vientos de septiembre,
de sueños risueños de historias de siempre
yo soy el espíritu que anda despertando
al árbol frutal.

Aguas de marzo y sorpresas de octubre
quiero ser el manto que limpia y que cubre
de verdín la piedra y al muro de hiedra
y al limón de azahar.

Pero algo de invierno ha soplado en mis notas
y hay veces que falta el agua de mis gotas
que estoy yo temiendo no sean suficientes
para tanta sed.

Yo atiendo los campos pero faltan tantos
que nunca termino de dar al quebranto
remedio ni el medio que falta al que empieza
la lluvia a atraer.

Si ves que llevo nuboso el semblante
y evito el encuentro con mi semejante,
no es falta de amor, sólo exceso de celo,
no mires mi faz.

Los días así me compongo al ocaso,
cuando el infinito abierto de mis brazos
parecen poder abarcar un momento
lo que alcanzo a ver.

Praderas de nubes
Rebaños del cielo
Mil manadas de nubes...